Cuando atravesamos tiempos difíciles hay que buscar la belleza. La belleza despierta una emoción sublime que ayuda a aligerar el espíritu.
Yo ando estos días dolorida, el 26 de diciembre por la noche -de hace once años- tuvimos el accidente, el 31 por la mañana enterramos a Ignasi y el mismo 31 por la tarde operaban a Lluís. Cada una de mis células guarda el recuerdo de esos cinco días desgarradores que viví. Creo que, si de vieja pierdo la cabeza, el cuerpo, cuando lleguen estas fechas, seguirá recordando solo. Bueno, pues así, con el alma revuelta, como los tiempos que corren, estaba hoy yo hasta que ha llamado mi tía, la hermana pequeña de mi madre, aunque ya tiene 80 años.
-Hola cariño, que tengas un feliz año, pero no te llamo solo para eso. ¿Estás viendo la tele?… No puedes perderte el concierto de Año Nuevo. ¡Es tan precioso!
Y de esa manera, de la mano de mi tía y de
Es tan cierto y sabio lo que dices, Mercé. La belleza sana y restaura. Ya sea en la música, en la poesía, en el rostro de alguien amado, en la naturaleza...
ResponderEliminarQue la tristeza de estos tiempos vaya cediendo y en su lugar surja una mirada serena, llena de paz y belleza.