jueves, 30 de septiembre de 2010

CÓMO DARLE LA VUELTA A UN DÍA DIFÍCIL


Si nuestra energía es baja, es fácil dejarse arrastrar por el carrusel del desasosiego y el sufrimiento. Cuando no estamos en nuestro mejor momento, es cuando más atentos hemos de estar a nuestros pensamientos. Si no les ponemos límites, los pensamientos derrotistas crecen como las bolas de nieve. En los días en los que no me siento a gusto, ni conmigo misma, procuro parar unos minutos y recordar lo bueno que hay en mi vida, por pequeñito que sea. Me detengo en las cosas bonitas que me han sucedido. En esos días difíciles no escucho los telediarios, no dejo que entren en mi corazón las malas noticias, el miedo a la crisis, la crispación. En vez de eso, en la pantalla de cine de mi mente repongo las palabras cariñosas de una compañera, la sonrisa que me ha regalado un niño por la calle, el precioso tono rojizo de las nubes que he visto en el cielo, todas las veces que llamo a mi padre y me dice que ha pasado un buen día, la gratitud por tener unos hijos que me quieren, aunque a uno de ellos no lo vea, el amor de mi madre desde el otro lado, el de mis abuelas, la agradable sensación de tener una casa donde cobijarme, la tarde en que me bañé en el mar hasta que se puso el sol… Así voy deshaciendo las bolas de nieve. El día es el mismo, pero yo, después de recordar lo bueno, lo veo todo distinto.

lunes, 27 de septiembre de 2010

ASOCIACIÓN RENACER

La asociación Renacer, de acompañamiento al duelo, me ha hecho llegar vía mail “Páginas sin punto final… Sobre lo que Implica la Esencia de Renacer”, de Alicia y Gustavo Berti. Todavía no lo he terminado, pero creo que es un excelente

manual para los padres que enfrentan la muerte de sus hijos.

En él hay citas de Victor Frankl que me gustaría reproducir, como estas:

.”El hombre que se levanta por encima de su dolor, para ayudar a un hermano que sufre, trasciende como ser humano.

Respecto al sentido de la vida, Frankl afirma que “la vida tiene un sentido incondicional que no se pierde en circunstancia alguna, ni aún cuando el hombre de enfrenta con la triada trágica de su existencia, como son el sufrimiento, la culpa y la muerte. El sufrimiento se resuelve a través del servicio, la culpa a través del cambio existencial y respecto a la muerte, los padres aprenden a apreciar las oportunidades que la vida les ofrece, para realizar acciones de valor en homenaje a sus hijos, y deben hacerlo hoy, ya que desconocen la duración de sus propias vidas; la muerte se convierte así en acicate para la acción responsable”.

“Dejando fluir estos sentimientos en nuestro interior, daremos paso al nacimiento de un nuevo ser en nosotros, un ser capaz de disfrutar nuevamente del sol y de la naturaleza en todo su esplendor, un ser que no se resentirá por la vida, porque ha comprendido la muerte”.

Flankl afirma: “Al hombre se le puede arrebatar todo en la vida, menos la última de las libertades individuales: la actitud con que enfrentará lo que le toca vivir”.

El texto completo de “Páginas sin punto final” se puede encontrar en la sección de libros de http./www.gruporenacer.wordpress.com/

miércoles, 22 de septiembre de 2010

DESDE MI CIELO

Esta preciosa poesía se leyó el día que incineraron a Christian, el hijo de Carmen, que murió a los 21 años mientras dormía. Es tan bonita que he pensado que a todos nos hará bien conocerla.
Gracias Carmen


DESDE MI CIELO

Ahora que está todo en silencio
y que la calma me besa el corazón,
os quiero decir adiós.

porque ha llegado la hora
de que andéis el camino ya sin mí,
hay tanto por lo que vivir.

Hay tantas cosas
que nunca os dije en vida,
sois todo cuanto amo
y ahora que ya no estoy junto a vosotros
os cuidaré desde aquí.

vivo cada vez que hablais de mí
y muero otra vez si llorais.

Desde mi cielo
os arroparé en la noche,
os arrullaré en los sueños,
y espantaré todos los miedos.

Desde mi cielo
os esperaré,
no estoy solo pues me cuidan
la libertad y la esperanza
y nunca jamás os olvidaré.

lunes, 20 de septiembre de 2010

CÓMO COMUNICAR A LOS NIÑOS LA MUERTE DE UN SER QUERIDO

Este artículo lo publiqué en el 2004 en la enciclopedia "La salud de nuestros hijos" de Círculo de Lectores.

Cuando se trata de anunciar la muerte de un ser querido hay que actuar con sinceridad, de nada sirven las mentiras piadoras ni las verdades a medias. Al contrario, cualquier falsa esperanza resulta demoledora. Hay que hablar al niño con cariño y palabras sencillas, exponiendo los hechos tal como son y confiar en que, por muy grande que sea su dolor, sabremos ayudarle. Los niños perciben la gravedad de las situaciones, aunque los adultos intenten disimular. Si se les mantiene al margen, aunque sea con la intención de protegerles, todavía sufren más. El primer contacto con la muerte de alguien que amamos produce, inevitablemente, una herida profunda, pero como todas las grandes crisis también proporciona la posibilidad de aprender a apreciar la esencia de lo realmente importante: el amor.

Distintas formas de decirlo

En función de las creencias familiares es posible abordar la muerte de un modo u otro:

.Creencia espiritual. El cuerpo deja de extir, pero el alma o la energía de la persona vive eternamente. Se le puede explicar al niño que el proceso de morir es parecido al que tiene lugar cuando los gusanos de seda dejan de serlo para convertirse en mariposas. Las personas vuelan hacia el cielo y entran en otra dimensión. Siguen existiendo, aunque no podamos verlas, y se convierten en ángeles de la guarda de los niños a quienes quieren.

.Familia agnóstica. Se le puede explicar al niño que el amor que esta persona ha dejado permanece en el corazón de los que le aman. Se trata de un "tesoro" al que se puede recurrir siempre que se esté triste. Estos recuerdos y pensamientos amorosos, con el tiempo, tienen el poder de transformar la tristeza en alegría y la añoranza en un entrañable sentimiento de compañerismo y solidaridad.

Reacciones habituales

.No creen lo sucedido. Igual que les ocurre a los adultos, al principio predomina la incredulidad. Aceptar la muerte requiere un tiempo, la reacción inmediata es negarla. En esta fase de confusión es posible que pregunten, al cabo de un rato de explicarles lo sucedido, cuándo volverá la persona muerta. Nunca hay que mentirles, porque eso poduce mucha más ansiedad.

.Estan enfadados y agresivos. Es normal sentir un gran sentimiento de injusticia y al mismo tiempo de frustración. Esto provoca mucha rabia, que cada niño demostrará a su manera y según su edad. Pueden aumentar las rabietas, las peleas en la escuela o los insultos o los portazos en casa.

.Se sienten culpables. En algún momento es fácil que piensen que lo sucedido es culpa suya porque un día hicieron algo indebido o dirigieron un mal pensamiento hacia la persona que ahora se ha ido. Con el paso del tiempo, cuando empiecen a desvanecerse en su mente sus rasgos físicos, pueden pensar que la traicionan y sentirse doblemente culpables.

Así viven el duelo los niños

.Lloran y juegan. Los niños y los adolescentes encaran el duelo de otra forma que los adultos. Lloran un rato, no muy largo y después tienen la capacidad de volver a reír y continuar con sus actividades habituales.

.En la escuela. Fuera del contexto familiar suelen actuar como si nada hubiese pasado y con sus compañeros no acostumbran a hablar de lo sucedido, en grupo intentan mantener una actitud de normalidad, aunque por dentro lo estén pasando mal.


Qué pueden hacer los padres

Intentar que expresen sus sentimientos. Para estimularles a que los exterioricen hay que preguntarles cómo se sienten, en vez de cómo estan. Aunque no lo parezca, existe un gran diferencia entre estar y sentir. Se puede estar más o menos bien o mal, pero uno se puede sentir de muy diversas formas. Contestar a cómo nos sentimos da pie a hablar largo y tendido, que es precisamente lo que conviene durante el duelo.

Dejar que vayan al funeral. Los ritos, sean religiosos o no ayudan a familiarizarse con el proceso de la muerte. Despedirse es importante para iniciar un buen duelo y asumir que la pérdida forma parte de la vida. Pensar que si no asisten sufrirán menos es un error. Cuanta más carga emocional se pueda sacar en el funeral, mejor. En este caso la frase "ojos que no ven, corazón que no siente" no sirve. Precisamente el proceso de curación pasa por sentir y por aceptar lo que se siente, por muy desagradable que sea.

.Hablar de la persona muerta con naturalidad. Cuando muere alguien muy cercano -un padre, un hermano, un abuelo o un amigo del alma- de repente dejar de nombrarle resulta tremendamente doloroso. A los familiares o personas muy queridas muertas hay que seguir dejándoles un espacio en el clan familiar. Si no se hace así la herida nunca se cura del todo.

.No evadir el tema de la muerte. No es fácil para los padres responder a las inquietudes que genera en un hijo la muerte, pero es preciso no eludir el tema y contestar con sinderidad. Pedir orientación a un especialista (psicólogo, asistente social, sacerdote, terapeuta...) puede resultar de gran ayuda.

.Manifestar apoyo abiertamente. No sólo se trata de mantener una actitud respetuosa ante el dolor que siente el otro, sino de expresar, verbalmente y con mimos y caricias, nuestro cariño. Siempre es bueno sentirase querido, pero en los momentos difíciles mucho más.

Pedir ayuda a un especialista sí...

.Antes sacaba buenas notas y ahora sus resultados académicos son desfavorables.

.En la escuela tiene una actitud muy rebelde o destructiva.

.Está persistentemente nervioso o le cuesta conciliar el sueño.

.La tristeza por la muerte del ser querido desencadena en él un cambio de carácter; se muestra especialmente reservado o deja de hacer lo que antes hacía con entusiasmo.

.Adopta una actitud temeraria, como si quisiera transmitir que su vida no le importa.

.Ha engordado mucho o ha perdido peso en poco tiempo.

.Intenta estar en casa el menor tiempo posible y no explica nada de lo que le sucede.


Buenas vías de escape

.Practicar un arte marcial. Va bien para liberar tensión.

.Aprender a relajarse. El yoda o el tai-chi reducen la ansiedad

.Apuntarse a alguna actividad cultural. Enriquecer el espíritu siempre reconforta.

.Realizar algún viaje. Ver otras realidades ayuda a relativizar.

.Practicar algún deporte. El ejercicio físico favorece el buen humor.

.Escribir un diario. Expresar los sentimientos ordena la mente.

domingo, 12 de septiembre de 2010

EL PENSAMIENTO ES CREATIVO

Un amigo me ha mandado esta entrevista que salió publicada en el diario "La Vanguardia". Habla de la importancia de ejercitar la mente para crearnos una realidad mejor. Yo he comprobado que la meditación ayuda mucho a conseguirlo.


MARIO ALONSO PUIG, CIRUJANO

"Lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra"
Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente.

Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas.


-Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

-¿Psiconeuroinmunobiología?

-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

-¿De qué se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

-¿Qué tipo de cambios?

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.

-¿Cambiar la mente a través del cuerpo?

-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.

-¿Dice que no hay que ser razonable?

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

-Exagera.

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.

-Más recursos...

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con transtornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.

-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?

-Santiago Ramon y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metáforica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

-¿Seguro que no exagera?

-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.

-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?

-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.

-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.

-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.

-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.

-Deme alguna pista.

-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.

-Ver lo que hay y aceptarlo.

-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.

Sin fe en uno mismo hay temor,
el temor produce violencia,
la violencia produce destrucción,
por eso, la fe interna supera la destrucción.



"Sé el cambio que deseas ver en el mundo". Mahatma Gandhi

sábado, 11 de septiembre de 2010

CÓMO ATRAVESAR EL DOLOR

He pasado media vida intentando armar un caparazón que me protegiera del dolor. Es algo que aprendí instintivamente, debe formar parte de mi naturaleza. De pequeña y jovencita encajaba los pequeños o grandes sinsabores y los guardaba en lo más hondo de mí, bajo siete lleves, con la intención de que desaparecieran. No sabía hacerlo de otra forma, supongo; nunca he sido llorona y siempre me ha costado desfogarme gritando. A los treinta y pocos mi alma se descompuso después de un aborto y yo seguía sin saber qué hacer con el dolor más que encerrarlo. Gracias a esa sacudida, que arrastró con violencia todo el dolor que había ido guardando, empecé a escucharme: el yoga y la homeopatía me ayudaron. Pero hasta que la muerte de Ignasi no desbordó la presa y me arrastró al fondo, hasta casi ahogarme, no acepté el dolor como parte de la vida. Fue entonces cuando descubrí que encerrarlo, reprimirlo o ignorarlo era mucho más doloroso que sentirlo. El dolor y el miedo pierden fuerza cuando los reconocemos, cuando les otorgamos un espacio.

De hecho, cuando estamos dispuestos a vivir el dolor, cesa el sufrimiento. A partir de ahí, los terapeutas pueden ayudarnos. No es posible recoger cosechas sin labrar los campos.

martes, 7 de septiembre de 2010

AMBIVALENCIA

Hoy empieza el curso escolar y recuerdo el sentimiento ambivalente que sentía cuando mis hijos eran pequeños y volvían a la escuela: por un lado, me alegraba el regreso a la rutina invernal y, por otro, me entristecía romper la magia de los días sin prisa, sin horarios, sin obligaciones.

La ambivalencia forma parte de mi vida; me enorgullece que mi hijo Jaume se haya independizado, me produce una honda alegría verle coger las riendas de su existencia y, al mismo tiempo, me invade la nostalgia cuando entro en su habitación vacía ya de sus cosas. Lo mismo me ocurre cuando pienso en Ignasi. Le agradezco infinitamente todo lo que me ha ensañado antes y después de su muerte. He aprendido a valorar lo esencial desde que el no está en este mundo. Soy más consciente de la felicidad, de la alegría, vivo más ligera, me agobio menos. Sí, he crecido espiritualmente, pero no tanto como para que no eche de menos su sonrisa, su mirada, su voz… ¿Será siempre así?

A veces, en momentos especiales, únicos, relacionados siempre con el amor en mayúsculas, intuyo lo que hay más allá de la ambivalencia: la aceptación total de la VIDA. Esa pequeña percepción consigue apaciguar el desasosiego y me gusta.