A mi me parece que pasamos media vida aprendiendo y la otra media, desaprendiendo. Y la muerte de un hijo, como todas las grandes crisis, encierra la oportunidad de un curso acelerado precisamente de eso, de rendirse a la vida sin condiciones.
Rendirse a la vida, tal vez pueda parecer una opción fácil pero no lo es en absoluto. Requiere un esfuerzo inmenso. Rendirse a la vida sin condiciones es parecido a decir: “Estoy dispuesta a vivir lo que sea. A experimentar lo que la vida –que es la que sabe- me ponga en el camino, sin resistencias por mi parte, eligiendo el amor en cualquier situación que se me presente”. A veces lo conseguiremos y otras no, pero la intención es lo que cuenta.
Rendirse a la vida sin condiciones es parecido también a aceptarla tal como es y aceptarnos a nosotros tal como somos, dejando un lugar a nuestro lado menos brillante, a nuestros errores, a nuestras frustraciones, a nuestro dolor, a nuestra agresividad, a nuestros instintos más primarios…” Eso también forma parte de nosotros, Si rechazamos eso, sufrimos.
Rendirse a la vida de corazón, sin condiciones, es el paso previo a encontrar la serenidad, la fuerza interior, nuestro poder personal.
Dicen que todos los grandes maestros han pasado por el infierno antes de descubrir dentro de ellos el cielo.
Hola Mercé,
ResponderEliminar"Rendirse a la vida", esta semana me esta ayudando, gracias por tus reflexiones. Creo será lo mismo que aceptar las cosas como nos vienen. La vida creo nos enseña que no hay que forzas los caminos ni las situaciones, si tiene que ser será..pero cuando lo que es, es la muerte de tu hijo esto no es fácil de poderlo interiorizar. Porque supone un gran vacío, una amputación de una parte de ti, que origina un terrible terremoto dentro de tí que hace peligrar hasta los cimientos más sólidos que tienes. Nosostros habiamos conseguido una vida en armonia y felicidad, había para todos y estabamos abiertos a muchos y su felicidad se esparció como una gota de agua que todo lo empapa. Cuando tienes un trocito de cielo aquí en la tierra que con tanto esfuerzo has conseguido es muy dura la caida y rendirte a la vida cuesta.
Ayer fuimos al Psicólogo y le comenté que a veces te escribo. Me encargó que te invitara a venir a Valencia, que él asistió a una charla tuya y que fué muy interesantes tus reflexiones y tu manera de contarlas. Nos encantaria conocerte.
Un abrazo
Hola Carme,
ResponderEliminarMe encantaría ir a Valencia y conoceros. Sí, estuve en la asociación Viktor Frankl, me invitaron a una conferencia sobre el duelo.Allí conocí a la psicóloga, Ana María Losa, de la asociación, y a muchos padres y familiares excelentes que han perdido a un ser querido. Fue un viaje relámpago que recuerdo con mucho cariño.
Ya me dirás cómo podemos organizar otra visita a Valencia.
Rendirse a la vida es el camino, la aceptación abre la puerta a una nueva manera de estar en la vida, más serena. Las dos tenemos hijos preciosos aquí y allí y sabemos lo que es el amor. Eso nunca se pierde.
Hoy hace 27 años que nació Ignasi. Su nacimiento, junto al de Jaume, es lo mejor que me ha pasado en la vida. Lo siento cerca y sé que me manda amor y energía, como lo hace tu hijo. Ellos ya finalizaron su trabajo aquí, nadie les ha quitado nada y necesitan nuestra aceptación y bendición para seguir su viaje en armonía y paz.
Un abrazo grande,
Mercè
Hola Mercé,
ResponderEliminarCreo que a algun dia pueda celebrar el cumpleaños de Àlex, como tu has celebrado el de Ignasi. De momento la herida esta muy abierta y solo penso en que el 11 de junio hace 2 meses de su fallecimiento. Es curioso que justo anoche mi marido me contó el mismo cuento de los niños con la vela encendida que lo había leído en un libro. El dia antes de morir se cabreó muchísimo "Mami que te he dicho sobre llorar", no soportaba verme triste, pero es algo que ahora todavía no puedo controlar.
Nosotros estamos al equipo de Psicólogos de ASPANION (padres de niños con cáncer. Javier Zamora nuestro psicólogo organizara la charla. Que bueno que puedas venir.
Un beso
Gracias ,Carme, díme cuando lo sepas cuando se va a celebrar para tener tiempo de programarme.
ResponderEliminarQué curioso lo del cuento, ¿verdad?
Un abrazo grande
Mercè
HOLA MERCÉ: YO TAMBIÉN VIVO DESDE HACE DIEZ AÑOS LA MUERTE DE MI HIJO QUE ENFERMÓ DE CÁNCER A LOS 23. AÚN NOS REUNIMOS CON TODOS SUS AMIGOS QUE SON AHORA LOS MÍOS. EL CATORCE DE MARZO FUERON 33 AÑOS DE SU NACIMIENTO. Y EL 25 DE JUNIO 10 AÑOS DEL INICIO DE SU OTRA VIDA COMO YO LE DIGO. NUNCA SERÉ LA MISMA PERO SI ENTIENDO QUE LA VIDA MERECE SER VIVIDA DE LA MEJOR MANERA PARA BRINDARSE A LOS OTROS HIJOS Y A LAS BENDITAS PERSONAS QUE NOS RODEAN.
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