domingo, 7 de febrero de 2010

COINCIDENCIAS

Hoy hace un día precioso en Barcelona. El sol ha salido como una promesa de primavera y mi marido y yo hemos ido andando desde casa hasta el mar. Un paseo de una hora hasta la orilla. Nos hemos sentado en la arena y a mi lado ha llegado haciendo la croqueta un niño de unos dos años. Se ha quedado junto a mi y su madre me ha mirado sonriendo.

-Ignacio ¿nos vamos?, le ha dicho ella.

-Ignacio, que nombre más bonito, he respondido yo. Se llama igual que mi hijo mayor.

El niño ha seguido un ratito a mi lado y para mí ha sido un regalo.

Estas “coincidencias” las vivo como actos amorosos que el Universo me envía. Parecen “tonterías”, pero no lo son tanto.

Mirando el mar, que brillaba muchísimo, le he dicho a mi marido: "parece una locura, pero no me importa que Ignasi se haya ido". “A mi me ocurre lo mismo. Sé que está bien y yo estoy en paz”.

A Ignasi no le vemos pero forma parte de nosotros tanto como Jaume, que me ha llamado hace poco para decirme que no viene a comer, que está paseando con su novia, disfrutando del buen tiempo. Mis dos hijos están bien, cada uno en lo suyo y yo me siento feliz de ser su madre y dejarles a su aire. Les he dado la vida, pero la existencia es suya.

4 comentarios:

  1. "L'Univers té un pla perfecte". No saps com m'ajuda aquesta frase teva quan m'entrebanco pel camí. Gràcies.
    Una abraçada
    Conxita

    ResponderEliminar
  2. Hola Conxita, preciosa, gràcies. Vull penjar la teva web, però no ho aconsegueixo. Demanaré en Jau que m'ajudi. De moment, deixo l'adreça aquí:
    http://colorsbloc.wordpress.com/
    Petons bonica,
    Mercè

    ResponderEliminar
  3. el camino que me queda para llegar ahí es largo y frío. En estos momentos me siento un poco espantada de ese pensamiento tuyo. ¿Podré decir lo mismo algún día? ¿Lo quiero? Supongo que sí, que llegará. Pero todavía no estoy preparada para ello. Todavía no, no todavía no quiero que Ari viva su vida, o su muerte. Me gustaría que fuera un fantasma alegre en mi casa, por siempre, mientras sigamos aquí, a nuestro lado.
    Me llena de esperanza, no obstante, leerte, aunque en cierto modo me parezca un escándalo :) Gracias.

    ResponderEliminar
  4. Querida Estafanía, a nuestros hijos siempre los tenemos en el corazón, el amor es eterno y nadie ni nada nos lo puede quitar. Pero a mi me parece que es necesario dejar que sigan su camino. Me gusta pensar que durante estos once años Ignasi ha estado en casa miles de veces porque nos quiere, no porque le retenemos. Intento quererle sin esperar nada a cambio, solo por la inmensa alegría que me produce quererle. No siempre consigo un amor desprendido, pero este es mi objetivo.

    Un abrazo grande,

    Mercè

    ResponderEliminar