domingo, 8 de febrero de 2009

ACTUAR CON SINCERIDAD

Si cerramos el corazón y nos dejamos llevar únicamente por el dolor, sin conectar con el amor, nuestra vida se seca. Todo a nuestro alrededor se apaga. Personas y cosas. Nos quedamos solos, viendo como nuestro trabajo, nuestros hijos, nuestra pareja, se desmoronan. Por eso durante el primer año de duelo hay que estar alerta. No debe ser un periodo estático. Hay que trabajar como nunca con uno mismo, conocernos mejor, buscar el conocimiento con la ayuda de un buen terapeuta o varios. Hay que aprender a escalar despacio pero con firmeza. Con la ilusión de que, por pequeño que sea el peldaño conseguido, estamos cada vez un poco más cerca del final del túnel, y del principio de la luz. Nuestro esfuerzo por salir, por más duro que sea, tiene como recompensa el bienestar de nuestros hijos. Nuestro ejemplo será su esperanza.
Por eso durante el primer año hay que conseguir quitarnos las máscaras. No sirve escudarnos en falsedades. Ya no. La vida nos ha llevado al límite. Tenemos que actuar con sinceridad. Y hablarnos a nosotros mismos y a todos los que queremos con el corazón.

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