lunes, 20 de septiembre de 2010

CÓMO COMUNICAR A LOS NIÑOS LA MUERTE DE UN SER QUERIDO

Este artículo lo publiqué en el 2004 en la enciclopedia "La salud de nuestros hijos" de Círculo de Lectores.

Cuando se trata de anunciar la muerte de un ser querido hay que actuar con sinceridad, de nada sirven las mentiras piadoras ni las verdades a medias. Al contrario, cualquier falsa esperanza resulta demoledora. Hay que hablar al niño con cariño y palabras sencillas, exponiendo los hechos tal como son y confiar en que, por muy grande que sea su dolor, sabremos ayudarle. Los niños perciben la gravedad de las situaciones, aunque los adultos intenten disimular. Si se les mantiene al margen, aunque sea con la intención de protegerles, todavía sufren más. El primer contacto con la muerte de alguien que amamos produce, inevitablemente, una herida profunda, pero como todas las grandes crisis también proporciona la posibilidad de aprender a apreciar la esencia de lo realmente importante: el amor.

Distintas formas de decirlo

En función de las creencias familiares es posible abordar la muerte de un modo u otro:

.Creencia espiritual. El cuerpo deja de extir, pero el alma o la energía de la persona vive eternamente. Se le puede explicar al niño que el proceso de morir es parecido al que tiene lugar cuando los gusanos de seda dejan de serlo para convertirse en mariposas. Las personas vuelan hacia el cielo y entran en otra dimensión. Siguen existiendo, aunque no podamos verlas, y se convierten en ángeles de la guarda de los niños a quienes quieren.

.Familia agnóstica. Se le puede explicar al niño que el amor que esta persona ha dejado permanece en el corazón de los que le aman. Se trata de un "tesoro" al que se puede recurrir siempre que se esté triste. Estos recuerdos y pensamientos amorosos, con el tiempo, tienen el poder de transformar la tristeza en alegría y la añoranza en un entrañable sentimiento de compañerismo y solidaridad.

Reacciones habituales

.No creen lo sucedido. Igual que les ocurre a los adultos, al principio predomina la incredulidad. Aceptar la muerte requiere un tiempo, la reacción inmediata es negarla. En esta fase de confusión es posible que pregunten, al cabo de un rato de explicarles lo sucedido, cuándo volverá la persona muerta. Nunca hay que mentirles, porque eso poduce mucha más ansiedad.

.Estan enfadados y agresivos. Es normal sentir un gran sentimiento de injusticia y al mismo tiempo de frustración. Esto provoca mucha rabia, que cada niño demostrará a su manera y según su edad. Pueden aumentar las rabietas, las peleas en la escuela o los insultos o los portazos en casa.

.Se sienten culpables. En algún momento es fácil que piensen que lo sucedido es culpa suya porque un día hicieron algo indebido o dirigieron un mal pensamiento hacia la persona que ahora se ha ido. Con el paso del tiempo, cuando empiecen a desvanecerse en su mente sus rasgos físicos, pueden pensar que la traicionan y sentirse doblemente culpables.

Así viven el duelo los niños

.Lloran y juegan. Los niños y los adolescentes encaran el duelo de otra forma que los adultos. Lloran un rato, no muy largo y después tienen la capacidad de volver a reír y continuar con sus actividades habituales.

.En la escuela. Fuera del contexto familiar suelen actuar como si nada hubiese pasado y con sus compañeros no acostumbran a hablar de lo sucedido, en grupo intentan mantener una actitud de normalidad, aunque por dentro lo estén pasando mal.


Qué pueden hacer los padres

Intentar que expresen sus sentimientos. Para estimularles a que los exterioricen hay que preguntarles cómo se sienten, en vez de cómo estan. Aunque no lo parezca, existe un gran diferencia entre estar y sentir. Se puede estar más o menos bien o mal, pero uno se puede sentir de muy diversas formas. Contestar a cómo nos sentimos da pie a hablar largo y tendido, que es precisamente lo que conviene durante el duelo.

Dejar que vayan al funeral. Los ritos, sean religiosos o no ayudan a familiarizarse con el proceso de la muerte. Despedirse es importante para iniciar un buen duelo y asumir que la pérdida forma parte de la vida. Pensar que si no asisten sufrirán menos es un error. Cuanta más carga emocional se pueda sacar en el funeral, mejor. En este caso la frase "ojos que no ven, corazón que no siente" no sirve. Precisamente el proceso de curación pasa por sentir y por aceptar lo que se siente, por muy desagradable que sea.

.Hablar de la persona muerta con naturalidad. Cuando muere alguien muy cercano -un padre, un hermano, un abuelo o un amigo del alma- de repente dejar de nombrarle resulta tremendamente doloroso. A los familiares o personas muy queridas muertas hay que seguir dejándoles un espacio en el clan familiar. Si no se hace así la herida nunca se cura del todo.

.No evadir el tema de la muerte. No es fácil para los padres responder a las inquietudes que genera en un hijo la muerte, pero es preciso no eludir el tema y contestar con sinderidad. Pedir orientación a un especialista (psicólogo, asistente social, sacerdote, terapeuta...) puede resultar de gran ayuda.

.Manifestar apoyo abiertamente. No sólo se trata de mantener una actitud respetuosa ante el dolor que siente el otro, sino de expresar, verbalmente y con mimos y caricias, nuestro cariño. Siempre es bueno sentirase querido, pero en los momentos difíciles mucho más.

Pedir ayuda a un especialista sí...

.Antes sacaba buenas notas y ahora sus resultados académicos son desfavorables.

.En la escuela tiene una actitud muy rebelde o destructiva.

.Está persistentemente nervioso o le cuesta conciliar el sueño.

.La tristeza por la muerte del ser querido desencadena en él un cambio de carácter; se muestra especialmente reservado o deja de hacer lo que antes hacía con entusiasmo.

.Adopta una actitud temeraria, como si quisiera transmitir que su vida no le importa.

.Ha engordado mucho o ha perdido peso en poco tiempo.

.Intenta estar en casa el menor tiempo posible y no explica nada de lo que le sucede.


Buenas vías de escape

.Practicar un arte marcial. Va bien para liberar tensión.

.Aprender a relajarse. El yoda o el tai-chi reducen la ansiedad

.Apuntarse a alguna actividad cultural. Enriquecer el espíritu siempre reconforta.

.Realizar algún viaje. Ver otras realidades ayuda a relativizar.

.Practicar algún deporte. El ejercicio físico favorece el buen humor.

.Escribir un diario. Expresar los sentimientos ordena la mente.

4 comentarios:

  1. ,Hola soy Carmen de Valencia.Te escribi hace unos dias contndote sobre la muerte de mí hijo.Te comente que lo habia encontrdo muerto en su cama, se quedo dormido y ya no despertó,nos han dicho que por un derrame cerebral,aun nos tienen que dar la autobsia oficial,aun no entendemos ,porque,si el eatababien ,con su vida, su novia y toda la vida por delante.Ayer
    h izo un mes que Christian se fue,y le echamos mucho de menos,ayer ya empezamos en el grupo de apoyo,creo que nos va a ir muy bien.
    Queria escribirte una poesia quenos leyeron antes de incinerarlo es muy bonita.

    DESDE MI CIELO

    Ahora que está todo en silencio
    y que la calma me besa el corazón,
    os quiero decir adiós.

    porque ha llegado la hora
    de que andéis el camino ya sin mí,
    hay tanto por lo que vivir.

    Hay tantas cosas
    que nunca os dije en vida,
    sois todo cuanto amo
    y ahora que ya no estoy junto a vosotros
    os cuidaré desde aquí.

    vivo cada vez que hablais de mí
    y muero otra vez si llorais.

    Desde mi cielo
    os arroparé en la noche,
    os arrullaré en los sueños,
    y espantaré todos los miedos.

    Desde mi cielo
    os esperaré,
    no estoy solo pues me cuidan
    la libertad y la esperanza
    y nunca jamás os olvidaré.

    gracias por tu blog

    un beso y un abrazo de toda mi familia.

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  2. Carmen lo siento mucho sé el dolor tan grande que sientes, yo también perdía a mi hijo de 15 años el 20 de octubre del 2008, falleció de muerte súbita, un niño al igual que tu hijo con toda una vida por delante, es muy duro, te deseo mucha fuerza y sé que nuestros hijos nos ayudan y nos dan fuerza, yo soy cobarde hay momentos que crees que no puedes más pero hay que estar aquí para cuidar por lo que tenemos aquí. Un abrazo. Mirella

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  3. Hola soy Carmen a madre de Christian de Valencia,gracias por tus palabras Mirella.Mi hijo nacío el 20 de octubre ,que casualidad,.YO tambien te deseo mucha fuerza y que tu hijo tambien te ayude desde donde este.

    Un abrazo muy grande.

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  4. Hola Mercé,
    Siempre que me asomo a tu blog me encuentro con entradas para reflexionar. El mejor amigo de 8 años de mi hijo Àlex después de un examen de Matemáticas le dijo a su madre "Me he quedado en blanco sin poder continuar y sabes que mamá Àlex me ha ayudado y he terminado el examen". Yo sé que él nos acompaña a todos nosotros. Desde el 11 de abril que nos dejó no había podido estar con él, pero ahora doy gracias porque he logrado con la meditación sentir otra vez sus abrazos que tanta falta me hacían y vuelve a haber paz en nuesrto hogar porque mi Irene de 14 años esta más llena de amor que nunca. Te agradezco de todo corazón el que en tu camino estemos tamhién nosotros que tanta falta nos haces. Un beso Carme

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