He pasado media vida intentando armar un caparazón que me protegiera del dolor. Es algo que aprendí instintivamente, debe formar parte de mi naturaleza. De pequeña y jovencita encajaba los pequeños o grandes sinsabores y los guardaba en lo más hondo de mí, bajo siete lleves, con la intención de que desaparecieran. No sabía hacerlo de otra forma, supongo; nunca he sido llorona y siempre me ha costado desfogarme gritando. A los treinta y pocos mi alma se descompuso después de un aborto y yo seguía sin saber qué hacer con el dolor más que encerrarlo. Gracias a esa sacudida, que arrastró con violencia todo el dolor que había ido guardando, empecé a escucharme: el yoga y la homeopatía me ayudaron. Pero hasta que la muerte de Ignasi no desbordó la presa y me arrastró al fondo, hasta casi ahogarme, no acepté el dolor como parte de la vida. Fue entonces cuando descubrí que encerrarlo, reprimirlo o ignorarlo era mucho más doloroso que sentirlo. El dolor y el miedo pierden fuerza cuando los reconocemos, cuando les otorgamos un espacio.
De hecho, cuando estamos dispuestos a vivir el dolor, cesa el sufrimiento. A partir de ahí, los terapeutas pueden ayudarnos. No es posible recoger cosechas sin labrar los campos.
Hola Mercé:
ResponderEliminarTe comprendo perfectamente, yo nunca supe lo fuerte que era hasta que apareció la enfermedad de Lucia. No hay nada mejor que afrontar las cosas y mirarlas cara a cara, cuando reconocemos el dolor y lo miramos de frente es cuando podemos empezar a combatirlo. Que no nos dé la vida lo que somos capaces de aguantar!!!! yO siempre pensé que el dia que faltase Lucía me sumergiria en ese pozo de dolor y no podria seguir viviendo, y sin embargo, a pesar del tremendo sufrimiento que supone no tenerla, pues aqui sigo, y hay dias hasta buenos!!! el 16 hara 3 meses que Lucía se fué al otro lado, yo si que he sido bastante sensiblera y llorona y he llorado mucho en estos ocho años de enfermedad (nunca delante de ella)y por supuesto desde que se fué, pero para mi el llanto ha sido de gran ayuda, llorar me desahoga y deja salir toda esa pena y rabia que llevo dentro. Imagino que cada cual es diferente y lo llevará de manera distinta. Por cierto, la frase puedes copiarla cuando quieras!!! un abrazo guapa.
Mamem, bonita, tendrás muchos días buenos y muy buenos, seguro.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminaryo siempre pense que era un persona fuerte para enfrentar la vida y siempre e tratado de enfrentar los problemas con la mejor actitud que pueda, sin embargo acabo de perder a mi niña hermosa de 13 años en un accidente el pasado 05 de septiembre y creo que estoy a punto de volverme loca de dolor,esto me sobrepasa,puedo de sentirlo incluso fisicamente , una opresion constante en el pecho...mi relacion con Dios Ahora es complicada,no puedo entender porque permite que un ser humano sufra tanto por un accidente tan absurdo en el cual unicamente mi hija murio,aun no se distinguir los dias buenos de los malos y todos dicen que es cuestion de tiempo, pero..no lo creo.
Gaby