domingo, 28 de diciembre de 2008

PRESENTACIÓN

Tuvimos un accidente de circulación el día 26 de Diciembre de 1998, San Esteban, festivo en Catalunya. En el coche íbamos Lluís, mi marido, mis hijos, Ignacio y Jaume, mi cuñada, Magda y yo. A continuación voy a transcribir dos trocitos del diario que escribí durante el primer año de la muerte de Ignacio, como presentación- las páginas de este primer diario y algunas de los sucesivos, irán apareciendo en distintas entradas de este blog-. De ese de Día de San Esteban han pasado 10 años y lo que voy a intentar aquí es compartir la experiencia que he acumulado durante este tiempo.



17 de Abril de 1999

La noche del accidente regresábamos de una fiesta especialmente entrañable. Nos habíamos reunido la familia Casals, unos 40, para celebrar la Navidad. El ambiente fue a lo largo de todo el día muy agradable. Pero el tono subió cuando Luis entregó como regalo a cada uno de sus siete hermanos un álbum de fotos familiares, que resume la historia de sus padres y la de ellos, desde que nacieron hasta que se casaron. Los Casals quedaron impresionados recordando el pasado y en el aire sólo se respiraba esa magia tan particular que desprende la ternura. Para mostrar su agradecimiento sentaron a Luis en una silla y le rodearon tirándole estrellitas doradas, mientras él lloraba emocionado. Los demás mirábamos la escena con verdadera satisfacción. Para nuestros hijos -Ignacio y Jaime- fue algo maravilloso. El regalo que durante tantos meses estuvo preparando papá era realmente un éxito, una “bomba” de sentimientos.

De regreso todo iba bien hasta que, de repente, aparecieron ante nosotros unas luces potentes que venían del otro lado de la autopista. Mientras nuestro coche daba tumbos, y yo todavía no era consciente de lo que sucedía, tuve la certeza de que mi vida estaba cambiando. Que aquello era realmente serio. Sabía que debía moverme, girar la cabeza y mirar a los niños, pero el cuerpo no me obedecía. Cuando lo conseguí, mi hijo Jaime dijo: “ mamá, dime que es un sueño, que no es verdad”. Si habla está bien -pensé- y entonces vi a Ignacio estirado, inconsciente, con la frente abierta.

Aquellos momentos fueron terroríficos. Jaime temblaba como una hoja y le dolía la mandíbula, los bomberos trataban de sacar a Luis del coche y en el suelo, en medio de la autopista estaba Ignacio con gente de la Cruz Roja que apareció enseguida, como ángeles. Yo iba de un lado a otro, como loca, sin poder ayudar a nadie. Me acercaba a Ignacio y gritaba: ¡Gran Madre, sálvalo!, sin poder cogerle ni la mano, porque al instante me iba a ver a Jaime y pasaba por delante de Luis. Hasta que las ambulancias se llevaron a los niños y me desvanecí.

En urgencias de Bellvitge me hicieron radiografías, ecografías, me cosieron la pierna.... Me dijeron que Luis se pondría bien, que Jaime evolucionaba perfectamente, pero de Ignacio no me decían nada. La angustia se apoderaba de mí, como la niebla. ¿Pero vivirá, le preguntaba a mi hermana a mi cuñada, a todos los que se acercaban? Sí mujer, tú ahora descansa y no te preocupes. Al amanecer, los médicos nos informaron que le habían operado, que había recibido un fuerte golpe en la cabeza y que tenía las mismas posibilidades de sobrevivir, que de morir. No sé como explicarlo, pero, aunque te resistas a admitirlo, una madre presiente si su hijo morirá o no. Eso no significa que luche hasta el final para salvarle, es otra cosa.

Al cabo de unas horas me permitieron ir a verle. Estaba allí, en la Unidad de Cuidados Intensivos, lleno de tubos, con respiración artificial y conectado a un monitor.

21 de Abril de 1999

Hoy vuelvo a tener la sensación de los primeros días, de cuando regresamos a casa después del hospital. Al acercarme a la ventana es como si mirara por un precipicio. La vida de la calle me da vértigo. Nada va conmigo, me es imposible identificarme con la cotidianidad, con las prisas, con los proyectos... Estoy en otro mundo, en otro tiempo, muy lejos de aquí. No formo parte de esa humanidad. Todos parecen tener algo que hacer y yo estoy anclada en mi interior, en mi desconcierto, en mi dolor.

No soy la única que se siente así. Cuando me invade la desesperación, pienso en las madres que se encuentran ahora en una UVI, en la misma situación que viví yo, presintiendo lo peor, pero todavía luchando por esa vida que adoran. Esas horas horribles en las que todavía queda un resquicio de esperanza que, inexorablemente, se desvanece poco a poco. Luego me imagino el dolor y la impotencia de las mujeres que no disponen ni siquiera de un médico o de un simple antibiótico que salve la vida de sus hijos. Son muchas, muchísimas y a todas nos une algo más que la angustia: la solidaridad. Yo sé como se sienten y ellas saben como me siento yo. Hemos compartido lo mejor y lo peor de la maternidad. Y de entre esa inmensa mayoría yo soy de las afortunadas; desde los primeros minutos mi hijo dispuso de la mejor atención médica que nuestro país - uno de los llamados del primer mundo-, dispone. Se hizo en todo momento lo máximo para salvarle la vida. Prácticamente no sufrió. No hubo descoordinación, toda la familia se volcó en nosotros y tengo la certeza de que Ignacio fue feliz desde que nació, hasta el final. Puedo sentirme mal, sí. Pero no puedo quejarme, muchas madres lo pasan peor, por muchos motivos. Lo único que podemos hacer todas es compartir esa parte tan ingrata pero tan real de la vida que es la muerte. De esa forma seguramente nos sentiremos mejor. Cuando estoy en un momento bajo yo misma me digo: “recuerda que no eres la única, deja de hacerte la víctima”. Compartir el sufrimiento me reconforta.

15 comentarios:

  1. Molt interessant, esperem que pugui servir d'ajuda a la gent que estigui passant per una situació semblant

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  2. Gracias, gracias por compartir esta vivencia tan intensa con nosotros.
    Deseo invitarte a conocer el coaching como una disciplina de EMANCIPACIÓN Y CAMBIO DE OBSERVADOR.

    saludos

    pacobailacoach.blogspot.com

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  3. Hola Mercè, valiente, honesto y enérgico relato de una circunstancia tan dolorosa, tan difícil de compartir y de transitar. Estoy seguro que a muchas personas les aliviara, no sólo saber que no son lás únicas, sino más aún que hay vida después, y una vida entera. Carlos

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  4. Merce.me conmueve en las entrañas tus palabras.Te felicito por tu buena voluntad de ayudar a los que hemos vivido la terrible partida de un hija/o
    Mis mas sinceros respetos.
    Te agradesco que nos hagas particite de tu historia de vida...sabiendo que en ella nos ayudas....Marcela la mama de Catalina

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  5. Hola Merce primero quiero felicitarte por esta pagina me siento tan identificada con todo lo que dices, yo perdi a mi unico hijo hace 18 meses y estoy tan desorientada que no se ni como salir, siento rabia, dolor, desesperacion, usted sabe de lo que le hablo.
    Un abrazo fuerte. Odalys (mama de Tristan)

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  6. hola marce,gracias por compartir tus esperiencias,mi hijo murio en accidente de moto con 31años,este septiembre pasado,me dijeron que fue en el acto el vivia a 800k.te puedes imaginar que impotencia no poder estar con el enseguida?fue horrible pero como por arte de magia pronto senti que mi hijo estaba conmigo,en mi.recobre la calma y a partir de ahi soy yo la que tengo que animar a mis 3 hijas y demas familia,siempre les digo que las victimas son los que se fueron no nosotros y tenemos la suerte de tener muchos momentos maravillosos para recordarle como el que tu cuentas,un fuerte abrazo paqui madre de alberto

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  7. hola,yo le doy garcias a dios porque me ha permitido tener amis dos hijos con vida y salud, pero solo con ser madre se que la ausencia de un hijo,se va parte de la vida,y todas esas palabras que dices son de sabias y reconfortables para todas esas madres que han perdido un hijo...sigue publicando tu historia y seguiras viendo que le serviras de mucha ayuda a otros que aun tienen el corazon partido...

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  8. hola el 29 03 08 perdi a mi pequeñita tenia tan solo 6 mesitos era mi primogenita ,me siento vacia ,la echo tanto de menos.Fuimos ver una carrera de enduro en la q corria su papa.ESTABAMOS ALEJADOS DE LA Q YO CREIA Q ERA LA ZONA DE PELIGRO PERO NO FUE ASI UNA MOTO SE SALIO DEL CIRCUITO Y ME SACO EL CARRITO DE LAS MANOS AUNQ LA NIÑA ESTABA ATADA SALIO DISPARADA,LO UNICO Q PUDE HACER ES GRITAR ¡MI NIÑA, MI NIÑA!LA LLEVARON EN HAMBULANCIA PARA LA UCI,LE DIAGNOSTICARON MUERTE CEREBRAL.SABIA Q MI NIÑA NI ME OIA NI SENTIA MIS BESITOS PERO LA TRANQUILIDAD Q TENIA AL ESTAR A SU LADO ERA INMENSA.MI SUBCONSCIENTE AUN CREE Q VA A VOLVER AUNQ NO ES ASI.LA ECHO DE MENOS,ABRAZARLA DARLE BESITOS, SU SONRRISA SUPONGO Q ES NORMAL ME ENCANTARIA VOLVER A ESTAR CON ELLA LA QUIERO A MI LADITO, ME SIENTO BACIA SIEN ELLA NO SE COMO SE PUEDE SUPERAR ESTE DOLOR

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  9. Hola, acabo de encontrarme con este blog, hace un mes perdi a mi hijita Antonia de 20 días de nacida, enferme y pasé por una situacion indescriptible. Después de estar casi encerrada todo este tiempo, he decidido hablar con algunos de mis amigos y buscar ayuda profesional, me siento identificada con algunas de tus palabras y sensaciones, no me siento parte de ese mundo que hay afuera, siento que inevitablemente mi vida de partió en dos, espero seguir en contacto. Escribo desde Colombia-

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  10. Hola, hace 6 meses perdi a mi segundo hijo de 18 años en un accidente.Mi esposo le presto por primera vez la camioneta para que fuera a buscar a su hermano yo no sabia nada como a los 30 minutos me entere y me preocupe ya que era cerca y no regresaban. Comence a llamarlo por telefono y no contestaba, decidi ir a buscarlos cuando recibi una llamada avisandome del accidente pero yo ya estaba a pocos metros y enseguida lo vi tirado en el piso como combulsionando al prinsipio me volvi como loca pero alguien me tomo de las manos y me pidio que me calmara que el me necesitaba tranquila. desde ese momento pude controlarme y tomar decisiones. Se lo llevan a urgencias pero no soporto. Estaba tan tranquila que organice todo lo de su funeral; Pero despues de su sepelio es como si estubiera despertando de una pesadilla y vivir una realidad peor. tengo 6 meses con mucho dolor,rabia,sin ganas de ver a nadie, tengo una granja y solo quiero trabajar sin importarme cuanto,solo espero el momento de caer rendida para no pensar en nada ni nadie ya que en mi mente solo estan eson momentos tan duros que no me dejan recordar nada bonito de el. AYUDENME. mihijo_18@gmail.com

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  11. Tu dolor ahora lo inunda todo, solo hace 6 meses que murió tu hijo. Tienes dos caminos: o quedarte en el dolor o decidir desde lo más profundo de tu ser seguir adelante. Para conseguirlo solo hay una salida, que es agarrarte al amor.Culparte a ti o a tu esposo porque le dejó la camioneta, no sirve de nada, solo incrementa el resentimiento y la oscuridad. Procura que en cada uno de tus días, hacer grandes los sentimientos amorosos, por pequeñitos que sean. Esto, te dará un respiro y fuerza. La decisión está en tus manos. Si solo te quedas con el dolor, todo lo que tienes a tu alrededor se irá secando. El hijo que tienes al otro lado, no necesita más que tu cariño, pero el que tienes aquí, necesita tu sonrisa, tus abrazos, tus palabras, tu mirada... No juzgues ni reproches nada. Intenta crear una nueva vida, permítete descansar y quédate con el lado bueno de todo lo que te suceda. Esto es lo que he hecho yo para salir adelante.

    Un abrazo grande

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  12. hola hace 1 año que perdi a mi hijo de 12 años y siento enloquecer no puedo mas cada dia me siento peor sin mi niño hermoso que tanto me amaba y yo a el porque no mori yo en lugar de el lo extraño mucho no he podido aceptar esto quiero que mi hijo regrese me estoy volviendo loca sin el no se porque dios permite esto

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  13. Nuestros hijos, los que se han ido, no pueden regresar. Esto no se lo podemos pedir. Lo que sí podemos hacer es transformar poco a poco el dolor en amor para poder sentirlos en el corazón. A ti no te gustaría ver indefinidamente a tu familia, a tus hijo, desesperados si te hubieses ido tu. Él tampoco es feliz percibiéndote así. Pide ayuda para poder alcanzar con el tiempo serenidad. Haz grandes los momentos buenos y piensa que los malos pasan. Si no puedes hacerlo de momento por ti, hazlo por él.

    Un abrazo grande,

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  14. A veces es tan difícil convertir esa rabia que uno tiene dentro en esperanza y ganas de vivir. Yo perdí a mi hermano pequeño, de 13 años, hace 7 años y aparte de llevar ese dolor en mi interior, sufro porque no sé como ayudar a mis padres. Cada vez es mas duro para ellos y mi madre esta empezando a enfermar. Que duro es seguir cuando tienes tanto dolor dentro.

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  15. Querida Bitxuki,

    Siento haber tardado tanto en contestarte. El dolor de los hermanos es inmenso porque al suyo propio suelen sumar la preocupación por el dolor que sienten sus padres.

    Te aconsejo fervientemente que pidas ayuda terapéutica. Es necesario que cuentes con apoyos profesionales que te puedan sostener cuando desfallezcas.

    Si te ayudas a ti misma, ayudas enormemente a tus padres y, al mismo tiempo, tendrás más capacidad para acercarte a su dolor.

    Escríbeme siempre que quieras, a muchas terapias, rápidas que reconfortan muchísimo

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