A mi me parece que todas las personas tenemos algún punto flaco o varios. Me refiero a aspectos de la vida en los que tenemos más dificultades, como si fueran asignaturas que se nos resisten. A algunos tal vez les cuesta hacer amigos, muchos no tienen suerte en el trabajo, otros pasan verdaderos calvarios con las parejas o con el dinero… Para mí y para muchos de los lectores de este blog, el tema principal, el que me conmueve el alma son los hijos. Desde siempre, desde mucho antes de que muriera Ignasi, mis angustias, mi máximo temor gira alrededor de ellos. No porque hayan sido niños difíciles, no, al contrario, he tenido la suerte de tener dos hijos maravillosos. El temor al que me refiero es tan hondo que va más allá de la razón. Me recuerdo hace ya muchos años, antes de conciliar el sueño, repasando en la cama un día feliz y pidiendo, por favor, que cualquier prueba que me deparara la vida no tuviera que ver con los niños. Pero les ha tocado a ellos ser mis maestros. La muerte de Ignasi es y ha sido un gran aprendizaje, pero todavía me queda mucho que aprender con Jaume. Por ejemplo, un dolor de muelas intenso, como el que tiene desde hace tres días, es para mí una convulsión que me remite al epicentro de un dolor ancestral. Un miedo antiguo que tengo que ir desmenuzando para liberarle a él y a mí de un peso que nos impide amar sin temor. A nadie le gusta ver a sus seres queridos pasarlo mal, eso es obvio. Pero hacer nuestras sus emociones, sus pesares, no solo no ayuda en nada, sino que, al angustiarnos, nos convierte en menos eficaces. Lo sé y en eso ando. También sé que los puntos flacos, sean los que sean, guardan en su esencia un tesoro, un premio a la valentía de atravesarlos, de darles la vuelta y trasformarlos. Es así como se desvanecen los miedos. Nuestros hijos no son nuestros, son hijos de la vida, dice el poeta Khalil Gibran. En nuestras manos está amarles, apoyarles, ayudarles, pero no vivir su vida o pretender que vivan la nuestra. Sus retos están hechos a su medida, son las herramientas que les permiten crecer y encontrar un sentido a su existencia. Sin dificultades, no obtendrían logros. Y eso también sirve para los hijos muertos. No podemos retenerles, ni pretender que todo siga como antes, como si no hubiesen pasado al otro lado. Hay que soltar y soltar hasta que nos una solo el cariño.
domingo, 24 de octubre de 2010
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Hola Merce! Aca estoy firme leyendote, cosa que siempre me reconforta.
ResponderEliminarGracias por el mensaje que me dejaste en mi blog, ya estoy con el animo mucho mejor....parece que los bajones me agarran por "epocas".
Me ha encantado lo que hoy escribiste...yo tengo varios puntos debiles, aunque el mas grande son sin dudas mis dos hijas...
Te dejo un abrazo grande y que seas Feliz!
Ay Anita, que ilusión leerte! ¿Quién no tiene "épocas"? Mis estados de ánimo varían tanto que parecen el mar... Y mis puntos débiles también son varios, no creas, pero a mucha distancia del principal: mis hijos.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande bonita
Hola soy Carmen de Valencia,mi punto debil tambien son los niños me tramiten mucha ternura y mucha paz.Mis hijos han sido siempre el centro de mi vida.El dìa 20 fue el compleaños de christian y lo hemos pasado bastante mal estamos todos como perdidos sin el.Lo echamos mucho de menos.Hay dias que pensamos que no vamos a poder ,se que hay que hacerlo, pero cuesta tantooo. Muchas gracias besos y abrazos para todas las madres,padres hermanos y familias.
ResponderEliminarHola Carmen, preciosa, sí, la añoranza es tan grande que a veces uno cree que no va a poder resistir. La incertidumbre, la sensación de estar perdidos es devastadora, pero es necesario atravesarla. Aunque el camino se recorre en solitario, vosotros os tenéis unos a los otros, empezando por Chistian. Busca la parte bonita de cualquier cosa, Carmen y crearás luz y podrás sentir más cerca a Chistian.
ResponderEliminarUn abrazo muy cariñoso
Demà fas 60 anys!!
ResponderEliminarFelicitats anticipades i emocionades.
Et regalo la meva estimació i el desig que siguis feliç. A mi m'agradaria, si creus que és possible, que em regalessis un petit relat dels teus últims 30 anys. Escriure se't dona bé i a mi em faria il.lussió saber com ha transcorregut la teva vida.
Una abraçada gran i molt, molt afectuosa
Cuanta sabiduría querida Mercé. Sos una inspiración...
ResponderEliminarQuerida Victoria, para mi también lo sois vos. Ya te he dicho alguna vez que es una suerte haberte encontrado.
ResponderEliminarHola, soy sandra y sigo paseando por tus escritos, un viaje al mundo del alma
ResponderEliminarMis flaquezas..., no me alcanzará la vida para trabajarlas todas!!! La que más me marca són mis miedos. Miedos que ya són herencia familiar, ya estan de antes de la muerte de mi pequeña. Y ahora me doy cuenta que no son más que obstáculos para sentir la paz y serenidad que tanto deseo. Así que en ello estamos, asignatura pendiente y principal.
Un beso tierno.
Hola Sandra, preciosa, todos tenemos miedos, la mayoría heredados y es un trabajo de por vida ir deshaciendo capas hasta llegar al nucleo y transformar la energía. Con un solo miembro de la familia que trabaje para conseguirlo, de alguna manera se transforma, al mismo tiempo, la energía familiar. Eso es una buena noticia para los que nos van a suceder y para los que han llegado antes que nosotros. ¡Adelante con tu asignatura pendiente y principal! tú empeño dará grandes frutos.
ResponderEliminarUn beso también para ti, bonita
Gracias Mercé por tus bonitas palabras, el centro del mundo eran mis dos hijos, eran mi vida entera, pero desde la muerte de Alvaro, ya dos años, todo es distinto, siempre tuve miedo a que a mis hijos pudieran ocurrirles algo, pero la realidad es distinta, es duro porque es lo que más quiero en mi vida. Un abrazo para todas las familias que estamos pasando por el dolor más grande del mundo. Mirella.
ResponderEliminarUn abrazo para ti Mirella
ResponderEliminarHola mi nombre es Elizabeth y no soy madre!!! Pero me conmueve mucho el hecho de como los que son padres se preocupan por sus hijos. Cuando se pierde a los padres uno queda huerfano, cuando se pierde a un esposo uno queda viuda, pero perder a un hijo no tiene nombre....... Es algo muy duro y admiro su fortaleza frente a este reto que le dio la vida...... Solo se que Dios no nos da una cruz mas grande de la que podamos cargar...... Estoy segura de que usted hizo que el paso de su hijo por este mundo valiera la pena y aunque no la conosca se que hizo un gran trabajo como madre y lo continua haciendo.... asi que animos a continuar con su actitud tan motivadora.... es sin duda un ejemplo a eguir :)
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