Es tan fácil hablar que no nos damos cuenta del milagro que representa. Cuando nos expresamos con nuestra lengua materna, los sonidos brotan sin pensar, como por arte de magia y cada palabra encierra nuestra forma de ver la vida, de acercarnos al dolor, al amor, habla de nuestros miedos, de nuestras inseguridades, de lo que creemos, de lo que soñamos … El lenguaje nos define y nos ayuda a compartir sentimientos. Por eso, hablar de las personas que ya no están aquí y de nuestras emociones cura, siempre y cuando hablemos desde el corazón, desde el centro de nuestro ser, desde nuestro yo más sagrado. Si no es así, las palabras no sirven para curar, están vacías. Cuando decimos una cosa y sentimos otra, desperdiciamos el poder sanador de las palabras. De ahí que sea tan importante deshacernos de los prejuicios, de los dogmas, de las verdades absolutas que actúan de filtros e impiden que los sonidos surjan directamente del alma.
Cuando alguien nos dice algo desde el corazón es más probable que llegue al nuestro y eso siempre da paz. Como también la da decirnos a nosotros mismos, en voz alta, lo que sentimos. No nos deberíamos acostar sin habernos dicho, con dulzura, palabras cariñosas, de aprobación, de consuelo. Al verbalizar una emoción ponemos en marcha en nuestro interior el interruptor que nos une a
Cuanta sabiduría Mercé. Es´así, cuando las palabras salen del corazón, llegan al corazón. Y además de sanar, con-mueven a quien las dice y a quien las escucha.
ResponderEliminarEs una alegría haber encontrado tu blog y tus palabras. Que siento tan hermanas de las mías.
Gracias Victoria, yo también estoy muy contenta de haberte encontrado. La vida tiene sorpresas tan agradables...
ResponderEliminarBesos
Buenos días Mercè, no se si te voy a ayudar, soy Lourdes, la auxiliar de enfermería que un día te escribió un comentario, trabajo en bellvitge.
ResponderEliminarHe hecho un curso sobre la muerte, ha sido muy especial, este curso lo hacemos en tres sabados, uno de diciembre, otro de enero, otro de febrero. Estoy muy contenta de que tu libro esté en las manos de mis profesores, se lo dejé para que pudieran calibrar la potente energía de tu alma, te seguiré explicando como va, de momento he sentido una fuerte sensación de felicidad el dia siguiente al curso.
Feliz navidad, tu hijo esté donde esté quiere verte feliz. Mucho animo, paz y amor. Lourdes
Gracias Lourdes por todo y por recordarme que Ignasi quiere verme feliz.
ResponderEliminarYa me contarás lo del curso, parece muy interesante.
Un beso,
Mercè