miércoles, 19 de febrero de 2014
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El motivo de este blog es tener la oportunidad de poder servir de ayuda a las personas que estén pasando por la situación que pase yo hace diez años, cuando murió mi hijo mayor, Ignacio, de 15 años. Ante una experiencia como esta, creo, sólo hay dos opciones; quedar para siempre anclado en el dolor o decidir atravesarlo con la esperanza de renacer con el corazón lleno de amor. No soy psicóloga pero sé que puedo ser de utilidad a las personas que opten por la segunda opción.
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