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El motivo de este blog es tener la oportunidad de poder servir de ayuda a las personas que estén pasando por la situación que pase yo hace diez años, cuando murió mi hijo mayor, Ignacio, de 15 años. Ante una experiencia como esta, creo, sólo hay dos opciones; quedar para siempre anclado en el dolor o decidir atravesarlo con la esperanza de renacer con el corazón lleno de amor. No soy psicóloga pero sé que puedo ser de utilidad a las personas que opten por la segunda opción.
En lo personal puedo decir que la perdida más dolorosa es la de Mi Hija Vania, un hijo es la magia de la Vida, y el que ya no se encuentre con migo es una vida Vacia. Helena
ResponderEliminarHelena, bonita, no como antes, pero tu hija sigue estando contigo. Hace muy poco de su partida y el vacío que sientes es normal, pero más adelante sentirás su inmenso amor en tu corazón y volverás a amar la vida.
ResponderEliminarUn abrazo grande y muy cariñoso