lunes, 4 de abril de 2011

LOS BIORRITMOS DEL DUELO

Cierro los ojos y me voy a mi primer año de duelo. Ignasi murió de accidente, fue un shock tremendo, seco, que me dejó sumida en las tinieblas sujetada por esporádicos destellos de luz. De los sentimientos y emociones de aquellos tiempos hablo en “Volver a Vivir”, el diario que escribí durante el primer año de duelo. Los siguientes fueron parecidos al primero. Pasaba unos días bien, pero de repente porque llegaba otra primavera, otra navidad o porque la nostalgia, simplemente, se me hacía insoportable volvía a la desesperación, no se si bajaba más, pero mis fuerzas parecían agotarse porque los años de dolor desgastan y renombrar la vida conlleva un esfuerzo que me dejaba exhausta. El tiempo, por sí solo no arregla nada. Fue durante el segundo año que tuve que encararme con la rabia que me había producido la muerte de mi hijo. Durante el primer año estuvo disfrazada de tristeza. Fue un médico el que me dijo que la rabia me estaba envenenando, yo ni siquiera sabía que su fuerza me estaba matando. Como en los cuentos, atravesaba un bosque encantado y no sabía diferenciar a un dragón de otro de tantos que me asustaban. El dragón de la rabia por la muerte de un hijo es grande. Hablando poco se avanza. A mi me parece que es necesario un trabajo emocional y físico con un terapeuta especializado para liberarla. La tristeza va desapareciendo cuando soltamos la rabia. ¿Cuánto dura el duelo? Creo que no es posible contar por meses o por años. Lo que cuenta es mirar en nuestro interior y, como las capas de una cebolla, ir ahondando a través del dolor hacia el corazón de nuestra esencia. Nuestra alma, pase lo que pase, siempre está intacta y dispuesta a regalarnos serenidad y alegría. Por el camino encontraremos mil y una heridas, que hay que ir curando. El proceso sanador va unido a la confianza, en nosotros mismos y en el amor que hace posible la vida. La confianza va unida a la entrega. Si no soltamos, si nos aferramos al control, al pasado, a la culpa, si creemos que es demasiado tarde para cambiar, que no merece la pena… nos alejamos de nuestra esencia, de la luz, del amor puro, de Dios. Sin dar un sentido a nuestra existencia el bosque encantado se convierte en un laberinto imposible. A mi me va bien pensar que cada cosa que me sucede encierra un tesoro. A veces me lleva tiempo descubrir el lado bueno, pero sé, por experiencia, que lo tiene. Sé que tengo que tener paciencia para transformar dentro de mi lo que me impide encontrarlo. Lo demás es como es, pero yo puedo ir cambiando.

7 comentarios:

  1. Buenas noches, Mercè

    Espero que estés totalmente recuperada de tu neumonía. Lo que has escrito es muy bonito,nosotras llevamos algún tiempo sin escribirte pero es que tenemos días muy oscuros,de esos que detallas en tu libro, de esos que te dejan agotado y no le encuentras ningún sentido a la existencia.

    Este fin de semana ha sido muy duro para nosotros, el sábado nos llegó una carta de la coordinación de trasplantes, agradeciéndonos las donaciones, la carta venía a nombre de mi hermano, no podía ser de otro modo, y aunque la dirigen a los familiares nosotros sabemos que ese agradecimiento es íntegro para mi hermano, él es el que ha dado la alegría a tantas familias desconocidas para nosotros. Leer esa carta nos hizo llorar muchísimo, fue una mezcla de sentimientos lo que generó en nosotros.

    Un abrazo fortísimo

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  2. Hola Ana bonita,
    Siempre es un placer recibir noticias vuestras.
    Recuerdo cuando firmé la autorización para donar los órganos de Ignasi, fue durísimo, pero al mismo tiempo, como vosotros, estuve contenta de poder alegrar a tantas personas en situación complicada. Al recibir meses después la carta de la que me hablas también se dispararon nuestras emociones.
    Ana, preciosa, la primavera no es fácil, ni la primera, ni la segunda... Tened paciencia y aprovechar los momentos buenos por pequeñitos que sean.
    Yo ya estoy bien, recuperada y con más energía.
    Gracias y un abrazo grande, grande

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  3. Hola Mercè: Hace tiempo que sigo tu blog, con muchos sentimientos me siento identificada, son idénticos, el de hoy coincide en que no se por qué
    simplemente llevo unos dias que son insoportables, parece que se me han acabado las fuerzas, que ya no aguanto más, no soporto a los demás, ni a mi misma, lo ideal sería estar completamente sola, pero claro, eso tampoco es fácil, hay que ponerse la careta, salir a la calle, trabajar y seguir, pero para qué?...
    La rabia me come por dentro, los años van pasando y qué?...más añoranza, más tristeza, más rabia y más por ques?
    Al contrario que tù yo no veo ese amor del que hablas por ningún sitio.
    Crecimiento personal...., si este es el precio que tenia que pagar es demasiado alto, no lo necesitaba en absoluto. En fin creo que no tengo el mejor dia para escribir, pero es lo que hay.
    Ana, mientras puedas, no dejes de acompañar a tus padres, aunque sólo sea verles un rato, no sabes cómo te necesitan.....
    Un abrazo a todos.

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  4. Estoy de acuerdo con el comentario, qué día es bueno?, en primavera mal, en verano idem, llega la navidad, hoy mi día ha sido muy muy malo, simplemente por un chaleco de mi hijo, hacia fresco y me lo puse yo,se lo puso él el útimo día para ir al instituto,hoy ha sido eso, máñana otra cosa, ayer otra, no sé buscar un poco de paz en ningún sitio, las multitudes me agobian, precisamente hoy en la compra me he mareado, porque había ruido y gente, en fin vaya vida. Un abrazo. Mirella

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  5. Hola,

    La verdad es que nadie necesita un crecimiento personal a ese precio, y si se nos hubiera dado a elegir nadie estaríamos en esta situación pero eso era lo que la vida nos tenía guardado y se hace muy duro, yo reconozco en tus letras muchos de los sentimientos que tenemos nosotras la mayoría de los días, esto es una lucha diaria, todos los días sales a la calle intentando que nada ni nadie por el simple hecho de existir, te haga más daño del que ya tienes tú.
    Mi madre siempre dice que demasiado bien estamos, después de haber perdido a mi hermano.

    Te mandamos un fuerte abrazo,

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  6. Hola Mercè: Dices que el tiempo por si solo no arregla nada...., en contra de lo que la gente te quiere convencer, (cuantas veces hemos oido el tiempo lo cura todo...), pero los que estamos pasando por esto sabemos bien que no es asi, sabemos que no inmuniza que como bien dices Mirella, hoy es una cosa y mañana otra. A mi tambien me agobia bastante la gente, lo que si me va bien es caminar hasta agotarme, que a veces no me cuesta mucho, pero por donde no haya mucho bullicio, si puede ser en contacto con la naturaleza mejor.
    Ana lo que dice tu madre que demasiado bien estamos después de haber perdido a tu hermano yo lo repito cantidad de veces y me sorprendo de lo que todavia soy capaz de hacer cuándo creo que ya no puedo más...muchas veces por los que me quedan, otras en honor a mi hijo y otras tambien por mi.
    Una frase que oigo mucho es ..... que diría tu hijo si te viera así de mal,
    y mi respuesta es siempre la misma: creo que me entendería perfectamente, el sabe muy bien cuanto lo quiero y lo que lo necesito.
    Un abrazo para todos.

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  7. Hola Mercè,
    Soy la Isa la madre de Ramon. Hoy después de 14 meses leo por primera vez tu blog. Pensaba que con el amor de mi familia lo iría superando pero el dolor es demasiado grande y desgarrador y yo ahora también estoy llena de rabia. Ojalá yo llegue a la paz que tu desprendes porque yo me veo incapaz. Consuela ver gente que está como nosotros y sentirte identificado en sus palabras.
    Un abrazo

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