miércoles, 9 de junio de 2010

ESCUCHAR A LA INTUICIÓN

He hablado mucho en este blog de lo importante que es pedir ayuda cuando se atraviesa un duelo y realmente creo que lo es. Sin embargo, he escrito poco de lo que considero vital: guiarse por la propia intuición. Nada ni nadie nos puede salvar, rescatar o eliminar el dolor que sentimos, excepto nosotros mismos. Una situación límite, como es la muerte de un hijo, es el mejor momento para empezar a conocernos, para indagar en nuestra alma y preguntarnos quiénes somos, qué sentido nos reconfortaría darle a nuestra vida, cómo podemos sernos útiles a nosotros y a los demás. La intuición es tan real y eficiente como el razonamiento, pero cuenta con el plus de qué sabe qué necesitamos en cada momento y tiene en cuenta nuestros sentimientos. Surge de nuestra parte divina, no de lo que los demás consideran bien o mal. La intuición está hecha a nuestra medida. ¿Pero cómo sentir esa vocecita a menudo tan débil que apenas se oye? Aprendiendo a relajarnos y meditando. Parando. Apartándonos a ratitos del ruido del mundo, y estando atentos a lo que sucede en nuestro interior. En silencio. La fortaleza aumenta dejando espacio a la intuición. Todos nacemos con este don, solo tenemos que recuperarlo.

4 comentarios:

  1. hola Merce,estoy contigo,también como tú he perdido, mejor dicho hemos perdido a nuestro hijo Raul hace tres años y medio,el camino ha sido muy dificil pero aunque pienso que siempre habrá un antes y un después, este después quiero vivirlo con amor a la vida.es el mejor regalo que le podemos hacer a él y a nuestro otro hijo, asi como a nosotros mismos
    Lamentándonos de lo q nos ha sucedido no volvemos el tiempo atrás asi q la aceptación es el camino q hemos de recorrer todos,también nos debemos permitir estar tristes igual q nos permitimos estar alegres, hay dias de todo.
    Sinceramente, me siento muy identificada contigo.UN ABRAZO.

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  2. Qué sabias las dos... Mercé Y Dolores.
    Es una alegría "ver" cómo surge del dolor y su tránsito una mirada ampliada de la vida.

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  3. Dolores, por lo qué dices y cómo lo dices, también me siento muy unida a ti.
    Un abrazo grande,
    Mercè

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  4. Victoria, eres un encanto y tienes un alma preciosa.
    besos,
    Mercè

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