lunes, 6 de julio de 2009

TODA MUERTE DE UN SER QUERIDO DEJA UN VACÍO

Hace tres días que mi madrina, muy querida por mí, ha muerto después de una larga enfermedad, que le ha causado sufrimiento y la ha tenido hospitalizada durante largos periodos de tiempo.

Su muerte, después de tanto sufrir, es para ella una liberación y también lo es para las personas que la queríamos. Sus hijos y su sobrina la han acompañado a diario y amorosamente durante la larga travesía de su enfermedad y seguro que están agotados, tristes y también en paz por todo lo que han hecho por ella. Su muerte no es desgarradora como la muerte de un hijo, pero como todas las muertes sentidas deja un enorme vacio. Para mí mi madrina ha sido un referente. Ha estado presente em mi vida en momentos cruciales; cuando ella todavía era una estudiante de enfermería asistió en casa a mi madre el día en que nací ­­-fue la primera persona que me cogió en brazos-; durante mi adolescencia me sentí reconfortada por ella y la noche en que desconectaron a mi hijo Ignasi, en el hospital de Bellvitge, estuvo conmigo, aguantando mi dolor.

Ahora, tras su muerte, como sucede siempre que atravesamos un duelo, nos toca a los que nos quedamos aprender a llenar ese vacío, a relacionarnos con el ser que se ha ido de manera distinta, pero igualmente amorosa. Para eso es preciso que, poco a poco, lo empecemos a sentir en nuestro corazón. Eso no sucede porque sí, requiere siempre una transformación que nace de un trabajo interior. Nada es igual que antes cuando muere un ser querido. El camino que llevamos hecho con otros duelos nos sirve, en parte, si hemos podido transmutar las ausencias en amor, con ese amor en mayúsculas, el que nos permite amarnos un poco más a nosotros y a la vida… Pero el camino del nuevo duelo lo hemos de recorrer también en solitario, es distinto a los anteriores y por tanto desconocido. A medida que dejamos fluir las emociones que afloran y descubrimos en nosotros dependencias y antiguos dolores ocultos, sin rechazarlos ni esconderlos, el duelo se transforma en otra gran oportunidad de amar la vida.

3 comentarios:

  1. Hola bonica,
    Abans de res mil gràcies per la teva preciosa dedicatòria escrita en el llibre, sincerament? em va emocionar molt!.
    He llegit el llibre d'una seguida, és fàcil de llegir, crec que només t'ho puc resumir d'una manera: Mentre llegia les llàgrimes em relliscaven per la cara, per diversos motius: per la seva profunditat, per la manera vostra, personal, forta, de fer front al traspàs del vostre fill i germà.
    Em la mà al cor, només demano als meus Guies i al Altíssim que mai em trobi amb una situació ni tan siquiera similar, no crec que tinguès la valentia i el raonament suficient, malgrat tot el que he après, d'enfrontar-ho com vosaltres.
    Sou, realment, molt especials, esteu "tocats" per una llum reservada a uns pocs escollits.
    Un enome petó,
    Paquita Norte

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  2. Hola, acabo de leer su libro.Hace 6 años perdi a mi esposa...hace 7 meses a m hija Paula, de doce años.Despues de leer mucho acerca de la muerte, estoy covencido que nuestra separacion solo es temporal...pero como duele esta separacion.Me duele el pasado, el presente y el futuro. Esta bien que intentemos ayudarnos,a levantarnos despues de una cornada tan brutal.

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  3. Mi hijo Adrián se fue. Un infarto se lo llevó y eso nos muchisimo. Entiendo a quienes lloran hoy a un hijo. Pido al Cielo fortaleza.
    Un abrazo a los autores del blog. Esta es una ventana para compartir nuestro pesar.
    norbol46@yahoo.es

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