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Diario del primer año después de la muerte de un hijo
El motivo de este blog es tener la oportunidad de poder servir de ayuda a las personas que estén pasando por la situación que pase yo hace diez años, cuando murió mi hijo mayor, Ignacio, de 15 años. Ante una experiencia como esta, creo, sólo hay dos opciones; quedar para siempre anclado en el dolor o decidir atravesarlo con la esperanza de renacer con el corazón lleno de amor. No soy psicóloga pero sé que puedo ser de utilidad a las personas que opten por la segunda opción.
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Maravillosa tu manera de plantear el tema, Mercé. Es así. Cada acontecimiento fuerte en nuestras vidas nos confronta con esa pregunta de fondo que en esos momentos nos golpea en la cara: ¿Y ahora que hago? ¿Me dejo abatir por el dolor y me abandono hasta que muera o elijo vivir más auténticamente con lo que la vida me ponga en el camino?
ResponderEliminarTe deseo mucha luz, que ya la tenés, para transmitir ese día...
Gracias, Victoria, preciosa
ResponderEliminarHola Merce, lei hace un tiempo que hablabas del peron, soloqueria preguntarte si vos lograste perdonar a esa persona que venia manejandoy que cruzo de carril y fue la causante de toda la tragedia que sucedio despues?
ResponderEliminarHola Mercé
ResponderEliminarSoy Susana,la mama de Iraide.Me encantaría poder asistir a alguno de tus cursos.Te sigo asiduamente.Ojala algun día vengas por Bilbao o cerca de aqui.!!!!Me has ayudado tanto!!!!
Un beso enorme
Hola, Susana, bonita,
ResponderEliminarEn cuanto disponga de más tiempo, organizo un curso en Bilbao.
Un beso enorme también para ti, preciosa
Anita, querida,
ResponderEliminarLa chica que manejaba perdió el control, no tenía ninguna intención de hacernos daño. No tengo que perdonarle nada, al contrario, si me pongo en su lugar la compadezco. ¡Por nada del mundo me gustaría llevar a mi esa carga!
Además ella no es la responsable de la muerte de Ignasi. Las personas mueren cuando tienen que morir, cuando es su hora y su momento. Ella solo fue el instrumento que utilizó el Universo para que Ignasi pudiera desencarnar.
Un abrazo grande
Ay Merce!!! Que espirirtu tenes!! Y uno a veces enojandose con otros por nimiedades!!!!
ResponderEliminarSoy aNITA
Hola Mercé,
ResponderEliminarHemos leido el programa de las jornadas que se celebrarán en Albacete y en las que participas, asi que nuestra intención es asistir.
Hace tiempo que no escribimos, nos encontramos en un momento en el que no tenemos ganas de relacionarnos con casi nadie, parece que nos sentimos mejor con gente que acabamos de conocer o desconocidos, que con el que ha sido nuestro entorno siempre. Yo concretamente he dejado de ir a sitios que iba antes y de pasar por calles que transitaba a diario. Imagino que esto será normal pero todo es tan extraño.
La gente espera llegar y encontrarse una familia más recuperada y nosotros estamos como siempre y muchos días peor que antes, porque la añoranza es inmensa, ver que el mundo sigue, ver la normalidad en lo que te rodea cuando tu vida ya no volverá a su normalidad es muy doloroso.
Yo he dejado la casa de mis padres y he vuelto a la mia, porque creo que era necesario tanto para mis padres como para mí aunque nos vemos todos los días, de hecho estoy escribiendo junto a ellos en su casa.
Te mandamos un fuerte abrazo, y mucha energía
Ana, preciosa, es extraño, pero normal, como bien dices. El duelo conlleva un cierto recogimiento. Relacionarse cuesta porque nuestra atención está puesta en nuestro interior. A mi los dos primeros años la gente, en general, me aturdía. Solo podía estar con determinadas personas y no siempre. La soledad y el silencio son necesarios para atravesar el duelo. Hay que hacer solo lo que apetezca y estar únicamente con quien estamos tranquilos.
ResponderEliminarEstáis en el inicio del duelo, no es posible saltarse etapas y el proceso es largo.
Ana, me hará muchísima ilusión daros un abrazo en Albacete.