Estoy en nuestra casa de Menorca y llueve. Es una lluvia persistente, de las que empapan la tierra y dejan las hojas de los árboles limpísimas, dispuestas para relucir cuando el gris amaine y aparezcan los primeros rayos de sol. Es un día propicio para desempolvar emociones, arropada como estoy por la suave cortina de agua que, con dulzura, me resguarda del mundo exterior y me da una tregua para estar conmigo misma, recogida.
Mirando por la puerta abierta de la cocina que da al patio, recuerdo nuestro primer verano silencioso, aquí en la isla. ¡Qué doloroso y agradable, al mismo tiempo, es rendirse a la vida!, sin expectativas.
Cuando uno no espera nada, es más fácil apreciar la bondad de pasear por la orilla del mar, notar como el sol reconforta el alma, sentir el sostén de la tierra al andar descalza… La naturaleza es una buena compañera en los procesos de duelo. Tiene efectos terapéuticos. Pero cuando uno está inmerso en el tiempo sin tiempo que envuelve las grandes pérdidas, todo lo que reconforta vale. A mí, impaciente y ansiosa de nacimiento -mi madre contaba que nací en menos de un minuto-, me apacigua la lentitud y el silencio. Otros necesitarán bullicio y compañía. Lo que no sirve, de eso estoy segura, es castigarnos, hacer las cosas por obligación, por el que dirán, porque siempre ha sido así, por huir de uno mismo.
Rendirse no tiene nada que ver con resignarse, con abandonarse y dejarse morir, al contrario, es el impulso que nos ayuda a volver a encender la velita de la vida. En definitiva, es dejar de pelearnos y aceptar lo bonito, creer en que todo pasa, todo, menos el amor.
Qué lindo lo que escribiste Mercé. Se nota que la soledad y la distancia te inspiran. Yo estoy por abandonar la montaña, para volver a la ciudad, y no tengo nada de ganas.
ResponderEliminarAquí me siento en otro tiempo, más sereno, más acorde con la naturaleza, más sabio.
Te mando un gran abrazo rendidor!
He estado leyendo tus textos y me han conmovido, me han hecho sonreír y reflexionar.
ResponderEliminarCaigo en tu blog por un mero accidente, pero me quedo.
Un saludo
Gracias Raúl, otro saludo para ti.
ResponderEliminarMerce me identifico tanto contigo,me encantaría poder expresarme tan bien como tú, para mi Menorca también es especial, pasamos nuestras primeras vacaciones en familia y volvimos a repetirlas en varias ocasiones, son muchos recuerdos, todos preciosos. recuerdo tanto las carreteras estrechas con sus muros de piedra, con nuestra zodiac encima del coche y los cuatro escuchando al Sabina, al Serrat o a Mecano,nuestros niños volvían guapísimos con sus cuerpos brillantes del mar y el sol,hoy reposa nuestro Raúl nuestro querido Mediterraneo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Hola Dolores,
ResponderEliminarNo solo tu y yo compartimos veranos en la isla, también el amor que sentimos por nuestros hijos, vivos y muertos. Además, seguro que las dos hemos tenido que aprender a vivir de nuevo. Ahí estamos, dispuestas a sentir lo que venga, con la intención puesta en el cariño, ¿verdad?
Un abrazo grande
Hola
ResponderEliminarMe enfrento a la casi segura muerte de mi hermano y me preocupa más el efecto sobre mis padres, ya ancianos, que sobre mí.
Hace tiempo que, personalmente, veo la muerte de forma distinta, con realismo vital, con la intención de que la vida y el duelo "hagan su trabajo" y con la determinación de que no me robe también mi vida, por mí y por mis hijos y esposa.
Creo sinceramente, por desgracias parecidas que sufrieron amigos y familiares, que ante una cosa de estas puedes tomar basicamente dos caminos y que uno de ellos ¡es un error!. No es demasiado espiritual pero a mi me sirve y tengo la intuición de que va a ser lo mejor pero no tengo ni idea de como ayudar a mis padres.
La relación con ellos nunca fué buena, y había motivos (son gente difícil y sólo cuando formé mi propia familia, y gracias al amor de mi esposa y a unos hijos fantásticos empecé a vivir de verdad), pero esto trastocó todo y no se ni como empezar.
Agradezco cualquier consejo porque estoy muy perdido.
Eres muy generosa enseñando tus sentimientos, creo que ese tipo de generosidad sólo la tienen las personas que "han comprendido" las verdades profundas de la vida y siento que en tu caso haya sido con dolor aúnque parece que el dolor y el amor son una parte inesquivable del conocimiento verdadero y vital que anhelamos en cuanto que seres "humanos".
Yo aprendí a vivir gracias al amor de aquella que lo es todo para mí, refugio, horizonte, motivo, inspiración... y ahora me encuentro con esto, y no estoy preparado, por eso pido ayuda.
Abrazos, muchos y sinceros.
Hola,
ResponderEliminarEl amor nace de dentro, es inagotable y,al contrario de lo que ocurre con las cosas materiales, se engrandece cuanto más lo compartimos.
Aunque tus padres sean personas difíciles para ti, como ocurre muy a menudo, los hijos siempre queremos su bien y estamos dispuestos a hacer cualquier cosa para conseguir su cariño.
Por más que quieras a tu esposa, este sentimiento no es icompatible con querer a tus padres. Tú tienes hijos y ahora tienes la ocasión de demostrarles que es posible dar la vuelta a situaciones complicadas y quedarse solo con el amor. Eso les ayudará muchísimo en el camino que ellos tienen que recorrer.
No es tarea de los hijos cambiar a los padres, con quererlos basta. Ellos tienen sus cosas, como todos tenemos las nuestras. El amor une, no juzga.
Tus padres tendrán que pasar por el duelo que representa la muerte de un hijo y lo harán a su manera, tan bien como puedan. Acércate a tu hermano y a ellos con el corazón, no te pierdas en rencores ni formalismos. El lenguaje del alma es universal. Piensa ue ellos han hecho con su vida lo mejor que han sabido. Tal vz han tenido también unos padres difíciles y muchas de sus conductas seguramente son la respuesta a la educación que han recibido.
No hay fórmulas mágicas, guíate por lo que sientas, por lo que te gustaría que te hicieran a ti si pasases por una situación parecida.
Ahora os toca a tu mujer y a ti ser generosos y pasar por encima de los malentendidos. No es fácil, si te sientes muy perdido, pide ayuda a un psicólogo que te ayude a encontrar tu centro y a curar tus heridas.
Un abrazo grande
Es el primer verano sin Alex y ha sido muy triste. En mis vacaciones en casa he organizado mi casa y así ordenaba mi mente. He tirado lo superfluo y solo tengo en mi casa y mi alma lo esencial. He trabajado duro y muchas veces no veia lo que hacía. Y me acorde de tí al quedarme con lo fundamental. Sólo son 4 meses y medio y tengo una necesidad loca de volver abrazarle, daría mi vida por volver a oir su voz y sentir sus besos. Pero como él me decía así es la vida!!!. Mil Besos
ResponderEliminarCarme,
ResponderEliminarCuando el dolor vaya calmándose, notarás tanto su amor que, de alguna manera, podrás abrazarle. En esos instantes o minutos en que una se encuentra llena de amor,cerca de la esencia, abrázale.Vuestras dos almas buscan lo mejor para los dos. Siente la tristeza, pero no te quedes en ella. La tristeza no eres tú.
Mil besos